mayo 2024
La iluminación adecuada de un local da estilo al ambiente y desempeña un papel clave en la experiencia del cliente. Diversos estudios demuestran que una iluminación adecuada aumenta el tiempo de permanencia y la predisposición a consumir alimentos y bebidas.
La combinación de fuentes de luz debe diseñarse cuidadosamente para realzar lo mejor posible cada elemento del restaurante, centrándose en la actividad y la identidad específicas. En primer lugar, hay que evaluar si se trata de una actividad predominantemente diurna o nocturna; a continuación, hay que seleccionar las fuentes de luz para el diseño global de la iluminación. Habrá que calibrar correctamente el ángulo y la intensidad de la fuente, para que la luz incida sobre los detalles y las zonas adecuadas del restaurante y los elementos que se desea resaltar.
Por lo general, se distinguen tres tipos de luces para restaurantes según sus funciones:
Es la principal fuente de luz que, además, ambienta la estancia. Generalmente se consigue con iluminación de techo, utilizando luces empotradas, plafones o lámparas colgantes.
Todas ellas son fuentes de luz que ayudan a los clientes y al personal a realizar determinadas acciones. Las luces que iluminan las mesas ayudan a los clientes a leer el menú y ver los platos con claridad; las luces de la cocina o el mostrador son necesarias para que el personal prepare las bebidas y los platos. Las luces funcionales son las que señalizan pasillos o entradas.
Este tipo de iluminación tiene una función más decorativa que funcional. La iluminación de acento puede servir para resaltar ciertos detalles interiores, por ejemplo cuadros o nichos, pero también rótulos, menús colgantes o elementos exteriores.
La iluminación de los restaurantes cumple dos funciones importantes: una práctica y otra decorativa.
Por un lado, el cliente debe poder orientarse fácilmente por la estancia, y para lograrlo, la luz ambiental, la iluminación funcional y la iluminación de acento deben trabajar juntas y crear contrastes de luminosidad para crear puntos focales en las zonas que se desea destacar.
Pero la iluminación también desempeña un papel clave a la hora de definir el ambiente y el estilo del restaurante. En efecto, a la hora de diseñar la iluminación, hay que pensar en el tipo de clientela que se quiere atraer, pero también en el ambiente del restaurante y en los platos que se sirven.
Si lo que se pretende es mantener activos a los clientes, una iluminación alta e intensa será más apropiada.
Por el contrario, si desea crear un ambiente de relajación e intimidad, será mejor optar por una iluminación cálida y suave. En todos los casos, es esencial que la forma, el material y el tamaño de las luminarias sean coherentes y estén en armonía con el aspecto del restaurante.
La entrada es la tarjeta de visita del restaurante y proporciona la primera impresión a los posibles nuevos clientes, por eso es muy importante hacerla única con una iluminación que la haga destacar. La fachada y la señalización del restaurante deben estar adecuadamente iluminadas para resultar atractivas y reconocibles, mientras que en el jardín puede utilizarse iluminación decorativa para crear un ambiente acogedor y relajante.
Estas son las zonas donde se necesita más luz para guiar a los clientes hasta su mesa y darles una visión general del entorno, así como para fomentar la seguridad y evitar accidentes.
Se pueden utilizar focos, luces empotradas o lámparas colgantes para iluminar estos espacios de forma óptima.
Al diseñar la iluminación de las mesas, hay que pensar en luces que puedan realzar la comida y, al mismo tiempo, proporcionar una iluminación adecuada sin deslumbrar a los comensales. Para esta zona es posible utilizar lámparas de luz difusa o luminarias de luz indirecta para crear un ambiente confortable e íntimo, con una luz bastante cálida que no altere el color de los alimentos servidos.
Las lámparas de araña y las lámparas colgantes instaladas sobre las mesas son una opción óptima porque permiten, en función de la distancia al techo y de la extensión de las mesas, encontrar la altura adecuada y crear un cono de luz que resalta los cursos pero al mismo tiempo no molesta a las personas sentadas a la mesa. Los focos regulables también son una buena alternativa.
Si la suspensión o los focos por sí solos no son suficientes, hay que colocar una fuente de luz indirecta en las paredes mediante apliques o lámparas de pared para rellenar las zonas de sombra. Una solución particular para la iluminación de espacios son los focos de carril, que consisten en carriles electrificados sobre los que se instalan varios focos y que pueden desplazarse. Esto ofrece una gran versatilidad, ya que la disposición de los focos puede adaptarse a los cambios en la distribución de las mesas.
Esta zona es muy atractiva para los clientes, por lo que necesita iluminación directa y puntual. Por lo general, se pueden utilizar lámparas colgantes o de pared para llamar la atención sobre la zona del bar, o bien paneles luminosos o focos empotrados.
En este entorno, la luz debe aumentar la concentración y la visibilidad, mejorando el rendimiento y la seguridad durante la preparación de alimentos y bebidas. Es aconsejable utilizar luces frías y disponer de una zona con luz de transición para evitar deslumbramientos y permitir que los ojos se adapten mejor a las posibles diferencias de luz.
Los focos empotrados y los paneles de luz de techo son la mejor solución para garantizar la cantidad de luz necesaria para los preparativos y facilitar el movimiento de los trabajadores.
En conclusión, la iluminación de un restaurante no es una mera cuestión de funcionalidad, sino un elemento clave para crear experiencias únicas y evocadoras para los clientes. Con el esquema de iluminación adecuado, es posible crear ambientes distintivos y atractivos que conformen la identidad y la atmósfera general del restaurante.
noviembre 2025
octubre 2025
julio 2025
